Aunque seguimos enseñando un árbol de la vida bastante estable, sabemos desde hace tiempo que las técnicas de secuenciación y análisis genético nos van a ir permtiendo afinar mucho las tradicionales clasificaciones taxonómicas.
Lo extraordinario es que se acaba de descubrir (acabando el 2018 se publicaba en Nature el artículo) una nueva especie de hemimastigoto, unos seres bastante raros de por si, complicados de encontrar y mucho más de estudiar genéticamente. Estos pequeños bichos son eucariotas unicelulares, y ya no cuadraban bien en ningún reino clásico. Pero es que gracias a las nuevas técnicas de secuenciación genética, en concreto a la transcriptómica de una sóla célula (el estudio del transcriptoma: conjunto de ARN -ARNr, ARNt, ARNm, ARNi, miARN- que existe en una célula) se ha conseguido descubrir que los hemimastigotos constituyen un linaje propio, independiente de los demás eucariotas.
Conforme las nuevas técnicas genéticas avancen, como la secuenciación metagenómica, de la que ya hablaré otro día, así lo hará la comprensión de la evolución biológica.
